(Por Ciro Pérez Silva, La Jornada)

México, DF. Cuba no basa sus aspiraciones de crecimiento en la regularización de sus relaciones con Estados Unidos, “aún lejana e incierta”, sino en la actualización del modelo económico y social dirigido a crear una economía más eficiente, con índices de crecimiento por encima del 5 por ciento para generar un  socialismo sustentable y próspero, aseguró el embajador de Cuba en México, Dagoberto Rodríguez Barrera.

Al inaugurar el seminario Cuba, Estados Unidos y México, en El Colegio de México, el diplomático cubano destacó que, después de más de 50 años de usar todas las herramientas posibles como el  terrorismo de Estado, invasión militar o demonización del gobierno cubano, “finalmente el Goliat reconoció que ha fracasado en su objetivo de cambiar  a Cuba para lograr sus objetivos. El David ha logrado sobrevivir sin hacer concesiones de principios,sin  cambios en su política  por exigencias foráneas y lo hizo con resistencia, fiereza y coherencia”, aseveró.

Rodríguez Barrera insistió en que los cambios para restablecer la relación, depende exclusivamente de una decisión unilateral de Estados Unidos. “Levantar el bloqueo económico y financiero, devolver el territorio ocupado en la Bahía de Guantánamo y cese de su política de subversión interna para intentar cambiar el régimen, esos son decisiones que debe tomar el presidente Obama y que para Cuba no son negociables y si imprescindibles para avanzar en ese camino largo y empedrado hacia la normalización de las relaciones bilaterales”, apuntó.

Rodríguez Barrera reconoció que hay otros obstáculos en ese camino, “no somos tan perfectos como algunos amigos nos quieren ver, pero tampoco tan malos como algunos otros nos pintan. Hay  prejuicios o dogmas que adulteran la realidad porque a Cuba se le mira con una lupa diferente”.

En su intervención el diplomático cubano aludió a México, y dijo que el país ha sido criticado injustamente, por no haber tenido una mayor participación en los acontecimientos recientes, que derivaron en el acercamiento entre Cuba y Estados Unidos, “México representa de manera diáfana, la larga lucha y reiterada condena que obligó a Estados Unidos a repensar su política ante el aislamiento creciente en la región.

México simboliza esta posición como ningún otro país, no rompió relaciones, mantuvo  el comercio con Cuba y utilizó cuanta tribuna tuvo a su alcance para exigir el levantamiento”. En los nuevos escenarios, dijo, “ seguimos contando con México”.

Durante el seminario Omar Everleny Pérez Villanueva, del Centro de Estudios de la Economía Cubana, de la Universidad de la Habana, se refirió a los grandes cambios que ya se observan en la isla, como la existencia de 200 proyectos de inversión de países como  España, China, Panamá, Francia, Portugal, la propia Cuba, Italia, Canadá, Rusia, aunque alertó sobre no esperar únicamente a las “grandes inversiones”, sino abrirse a varias pequeñas que al final sumen el mismo monto, entre otros.

Cecilia Boves, de FLACSO México, convino en que hay un reto de integración  y cohesión en la sociedad cubana, que ya no se definen por un discurso de igualdad, sino cada vez más, por aspiraciones de consumo.
En tanto que Geoff Thale, de la Oficina de Washington para América Latina (WOLA por sus siglas en inglés), adelantó que se prevén en los próximos 5 o 10 años, un  relevo generacional en el gobierno y Congreso cubanos, que redefinan el rol del partido en relación con el gobierno y al gobierno mismo, un Congreso con más poder de decisión para promover reformas, elecciones más competidas con una nueva Ley Electoral , crecimiento delas organizaciones de la sociedad civil con una nueva ley para las ONG´s, aumento del espectro político en el proceso electoral, entre otros.

Fuente: La Jornada

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