(Texto: Ariel Arango / Amaranta Salazar – Fotografías: Ariel Arango – Entrelazando – Colombia)

1 de Mayo 2015. La Habana, Cuba.

Son las 3:00 AM y una alentadora fiesta de cientos de miles de personas al son del toque de la clave, las congas, risas y pregones, llenan las calles que conducen desde el malecón a la Plaza de la Revolución por Av. Paseo, una sorprendente movilización popular que pone en evidencia el masivo apoyo de los cubanos al proyecto de la Revolución en este festejo del día del trabajador.

Encabezada por los «Cinco Héroes» cubanos injustamente condenados por largos periodos en cárceles de EE.UU y 50 mil profesionales de la salud por su labor destacada tanto en Cuba como en otros países, entre ellos los integrantes del contingente Henry Reeve que enfrentaron el virus del ébola en África Occidental, la marcha se extiende por los distintos gremios entre danzas, repiques de tambor, el clamor de extranjeros e invitados y sobre todo la calidad, alegría y sencillez que caracteriza al cubano.

De esta manera los cubanos festejan cada año el día que los representa, un desfile lleno de buenos valores donde la fuerza pública se mezcla entre los marchantes, quienes son contenidos por centenares de jóvenes que desde días atrás preparan la llegada del desfile con colores azul, rojo, blanco y su orquestal sonido caribeño, la imagen de Martí, Cienfuegos y el Che acompañan a las miles de personas que bajo la lluvia celebran su día.

Es indiscutible no sentir el sin sabor que invade a los Colombianos cada primero de mayo cuando se sabe que salir a marchar implica una inminente represión por parte de la fuerza pública y que la mínima posibilidad de salir a expresarse para exigir dignas condiciones laborales queda reducida al derroche de gas lacrimógeno y violencia policial. No es muy distinto lo que sucede en muchos otros países del globo.

Este primero de mayo en la Habana fue un hermoso festejo y una gran lección de valores y convivencia.