Progresos entre Cuba y EE.UU., el valor del diálogo

(Por Waldo Mendiluza* / Prensa Latina)

Washington (PL) Distanciados durante más de medio siglo por la hostilidad de sucesivas administraciones norteamericanas, Cuba y Estados Unidos muestran en los últimos meses avances en su acercamiento bilateral, gracias al poder del diálogo respetuoso y directo.

El pasado 17 de diciembre, los presidentes Raúl Castro y Barack Obama anunciaron al mundo una nueva etapa entre ambos países, separados por apenas 90 millas de mar, pero por décadas de una política de la Casa Blanca centrada en el objetivo manifiesto de derrocar a la Revolución de 1959.

Sin que estén del todo claros los propósitos de Washington en el actual escenario, aunque Obama aseguró el 11 de abril en Panamá que no son el cambio de régimen, las partes avanzan hacia el restablecimiento de relaciones diplomáticas y la apertura de embajadas en las respectivas capitales.

De materializarse esas metas -como todo parece indicar-, serían el primer paso de un largo y complejo camino hacia la normalización de los vínculos.

Para la isla, la normalidad de los nexos pasa por el fin del bloqueo económico, comercial y financiero, la devolución del territorio ocupado por la base naval de Guantánamo, el cese de las transmisiones ilegales de radio y televisión y el abandono de los planes desestabilizadores, que en su expresión más reciente han tenido a la USAID como punta de lanza.

El 22 de enero, Cuba y Estados Unidos comenzaron en La Habana conversaciones dirigidas a la reanudación de los vínculos diplomáticos, interrumpidos en 1961 por la potencia norteña, y a transformar sus secciones de intereses en embajadas.

La más reciente ronda

La sede del Departamento de Estado, en Washington, acogió el 21 y 22 de mayo la cuarta reunión sobre el tema, encabezada al igual que las anteriores por la directora general de Estados Unidos de la Cancillería cubana, Josefina Vidal, y la secretaria de Estado adjunta para el Hemisferio Occidental, Roberta Jacobson.

«Lo que hemos hecho en cuatro meses para dos países que no han tenido relaciones diplomáticas por más de 50 años, se puede considerar un progreso (…) y responde a que nos estamos tratando como iguales», afirmó Vidal a periodistas cubanos que cubrieron la ronda.

Según la funcionaria, los resultados han llegado de forma paulatina, y prueba de ello es que cuando comenzaron los encuentros la agenda era mucho más amplia.

Sobresalen la decisión de Obama de excluir a Cuba de la lista de patrocinadores del terrorismo y la solución del problema del servicio bancario de la Sección de Intereses de la isla aquí, tras 14 meses sin el mismo, como resultado del cerco financiero impuesto a la mayor de las Antillas.

Por su parte, Jacobson declaró a la prensa que cada encuentro ha dejado un saldo favorable.

«Esta ronda fue muy productiva, continuaremos inspirados en la convicción de que el compromiso y no el aislamiento es la clave para avanzar. Hemos alcanzado progresos significativos en los últimos cinco meses, y estamos mucho más cerca de reanudar las relaciones y reabrir las embajadas», expuso.

Interrogada por Prensa Latina, Vidal coincidió con su contraparte en la visión de que los objetivos primarios no están lejos de cumplirse.

Entre expertos y medios de comunicación dominaba el criterio de que esta sería la última ronda para el restablecimiento de lazos diplomáticos y la apertura de las embajadas, opinión forjada a partir del optimismo imperante y de los anuncios sobre la salida de Cuba de la lista terrorista y la solución del asunto bancario.

Incluso, el diario USA Today llegó a sugerirles a sus lectores el 21 de mayo las pláticas como la principal opción noticiosa a seguir ese día.

Aunque las delegaciones no entraron en detalles, adelantaron la continuidad de las discusiones sobre el funcionamiento de las embajadas, lo cual hace pensar a no pocos que en esa cuestión reside el obstáculo a dejar atrás.

De cualquier manera, tanto Vidal como Jacobson hicieron énfasis en los progresos y en recordar lo difícil de superar tantas décadas de distanciamiento.

Aún así, algunos medios prefirieron enfocar la noticia desde «la falta de acuerdos».

¿Retórica y hostilidad superadas?

Por momentos parece realmente un nuevo escenario bilateral, aunque en otros las posiciones planteadas por funcionarios norteamericanos justifican las preocupaciones sobre el propósito verdadero del cambio de postura.

En el contexto de las conversaciones en Washington, los reporteros cubanos acreditados para cubrir las mismas acudieron a un contacto del vocero de la Casa Blanca con la prensa.

Si bien el portavoz de Obama, Josh Earnest, destacó lo beneficioso del acercamiento bilateral para su país y el deseo del Presidente de visitar la isla, señaló la intención de Washington de lograr «el cambio que nos gustaría ver en Cuba», así como los tradicionales ataques en materia de derechos humanos.

Para Vidal, desde Washington siguen escuchándose frases «que nos recuerdan de dónde venimos, de la política que todavía está en vigor», aunque ese escenario no prevalece en las pláticas, lo cual explica los progresos.

Obama aseveró en la Cumbre de las Américas que la política de Estados Unidos hacia la isla ya no era el cambio de régimen, por tanto esperamos que en la medida que avancemos, veamos una mejor correspondencia entre ese tipo de declaraciones y la vida real, dijo. La diplomática advirtió que todavía se están solicitando en el Congreso financiamientos multimillonarios para alimentar programas dirigidos desde sus orígenes a desestabilizar a la mayor de las Antillas.

Al respecto, Jacobson garantizó la continuidad de tales iniciativas, pero con la posibilidad de que cambien, sin precisar más elementos.

Voces de la sociedad estadounidense

Académicos y activistas políticos estadounidenses celebran el acercamiento y abogan por vínculos normales entre los dos países.

A propósito del diálogo bilateral y de sus objetivos, la analista y escritora Julia Sweig estimó que es importante el cese de la retórica contra la mayor de las Antillas, en aras de generar un ambiente favorable para las conversaciones.

La exdirectora de Estudios para América Latina del tanque pensante Consejo sobre Relaciones Exteriores también llamó a aprovechar los 18 meses restantes de gestión de Obama para fortalecer la aproximación.

Se trata de capitalizar este momento en lo político, lo económico y lo diplomático, para hacer muy difícil que el próximo presidente, republicano o no, revierta los pasos iniciados, subrayó.

Por su parte, activistas enrolados en el proyecto Engage Cuba aseguraron que la mayoría de los estadounidenses apoya un cambio en la política de su Gobierno hacia la isla, lo cual resta fuerza a las voces opuestas al acercamiento.

Según el asesor principal de esta organización sin fines de lucro, Luke Albee, el tema de la mayor de las Antillas estará entre los incluidos en el proceso de cara a las elecciones presidenciales de 2016 en Estados Unidos.

Vemos la postura de algunos candidatos republicanos, pero también apreciamos que los norteamericanos están a favor del cambio con la isla, declaró a Prensa Latina el consultor político, quien acumuló 27 años de experiencia en el accionar del Congreso.

A 18 meses de los comicios, los aspirantes del llamado partido rojo a la Casa Blanca Marco Rubio y Ted Cruz critican con dureza la decisión de Obama de buscar la normalización de las relaciones con el país caribeño.

Hay unas pocas voces obstinadas, pero es mucho más grande el grupo que respalda el cambio, aseguró James Williams, presidente de Engage Cuba, coalición fundada para promover desde la sociedad norteamericana una posición en el Congreso favorable a los vínculos bilaterales, priorizando el cese de las prohibiciones de viajes y de comercio impuestas por Washington.

El camino por delante

Si bien parece cerca la reanudación de los nexos diplomáticos y la transformación de las secciones de intereses en embajadas, la normalización constituye un tema bien distinto.

En ese sentido, la directora general de Estados Unidos de la Cancillería recordó la vigencia del bloqueo, de la ocupación de una parte del territorio oriental cubano, las transmisiones ilegales y la búsqueda de programas en sus orígenes destinados a la subversión interna.

Tenemos una lista preliminar de asuntos a discutir, una vez materializado el restablecimiento de los vínculos, señaló en alusión a los reclamos de la isla.

Vidal mencionó también el tema de «las compensaciones a nuestro país y a nuestro pueblo por los daños ocasionados por las políticas de Estados Unidos en más de 50 años».

Washington por su parte ha adelantado al menos una de las cuestiones que le interesa abordar, las compensaciones por las propiedades nacionalizadas en Cuba al inicio de la Revolución, explicó.

Debemos ser realistas -agregó- pero lo importante es la voluntad de comenzar a involucrarnos en estas discusiones, aunque no hemos definido cómo lo haremos.

«No tenemos todavía identificados y definidos esos asuntos, me imagino que cuando terminemos la primera fase en la que estamos trabajando aún, vamos a empezar a tener ese tipo de conversaciones», acotó.

Paralelos a las pláticas para reanudar los lazos diplomáticos, las partes sostienen encuentros técnicos en temas de interés común, entre ellos la migración, la aviación civil, la trata de personas, los derechos humanos y la hidrografía.

Vidal anticipó la celebración de reuniones en las próximas semanas sobre temas de salud y de aplicación y cumplimiento de la ley, dos áreas nuevas en los intercambios bilaterales.

* Corresponsal de Prensa Latina en Naciones Unidas.

Fuente: Prensa Latina


 

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