Israel Rojas: “el periodismo está cambiando”

(Por Israel Rojas* / La Joven Cuba)

El periodismo está cambiando tal y como lo hemos conocido los que doblamos la curva de los 40 años.

Hoy un ciudadano puede saltarse la Facultad de Periodismo y con buena pluma (quizás deba decir “tecla”), diccionario digital y corrector ortográfico incluido, vocación por la dura tarea de informarse e informar, y acceso a Internet, puede aventurarse a ejercer el oficio cual si fuera un graduado con “Título de Oro”.

¡Qué maravilla! y ¡qué enredo! Antes todo lucía más sencillo. La prensa tradicional era el referente. La verdad… no siempre. Pero lo parecía…que era –casi- lo mismo. En apariencia todo era más simple: estaba claramente definido lo bueno y lo malo, aunque muchas veces a costa de sacrificar el sabor, la riqueza y complejidad de la “realidad” real.

Los medios de comunicación masiva siguen siendo los dominantes aún, pero ya no están solos. Deben nadar acompañados de esos cazadores de matices, sub tramas, interpretaciones discordantes y emergentes de un mismo suceso. Voces intrépidas capaces de amplificar secretos a voces, denunciar fraudes masivos, proponer directamente políticas públicas, develar una historia gris detrás de un hecho heroico. Esos son los nuevos “socializadores de las redes”, renovadores constantes del periodismo digital. Confieso que aunque debo hacer el papel de editor ante tanta oferta, al menos a mí me gusta mucho más este mundo de hoy. Interactuar con el articulista y los foristas, esa legión muchas veces anónima y en ocasiones despiadada (por eso mismo tan útil), es un tesoro de incalculables proporciones para quienes disfrutan y viven profundamente este mundo del pensamiento.

Si antes fue la acera del Louvre o una logia masónica, los liceos, las universidades, la casa de algún intelectual o incluso prisiones, las que propiciaron los encuentros de hombres a los que le dolía una temática relacionada con la realidad, (dígase arte y literatura, política o administración pública), hoy buena parte de esos debates se está produciendo en la blogosfera cubana. Pero esta vez, cualquiera que piense diferente puede lanzar un par de encendidas ideas contrarias. Tamaño ejercicio de pensamiento pule a cualquier diamante, si de verdad lo es.

Más de una vez me pregunto si nuestros políticos estarán al tanto de esto que está sucediendo. Ya sé que alguien alegará con toda razón que la vida virtual no es la vida real. Que no todo el que opina o escribe luego se va a las comunidades a echar pie en tierra con los dolientes o se vuelve un activista que genera verdaderos elementos del cambio. Sé también que no todos los cubanos tienen alcance a la blogosfera, aún. Sé que incluso cuando puedan acceder, todos no participarán en los debates y puede que hasta sean muchos los que aún con Internet, sigan consumiendo “el paquete” u otra variante, pues ya viene ordenado.

Lo que afirmo es que no me imagino a la vanguardia de la sociedad cubana actual y futura fuera de este universo. Lo que aquí sucede es un entrenamiento de alto rendimiento en materia de debate y comunicación social, que perfecciona y enriquece los contenidos, y a las formas, las humaniza y moldea al espíritu de su época.

Es cierto que hay mucha mala letra dando vuelta por la red. Pero los que respetan el periodismo, graduados o no, los que ponen libras de neuronas y de principios, los que se someten a la constancia y al ejercicio de sobrevivir a cualquier traspié burocrático circunstancial o personal, van ganando respeto y lo más importante en este mundo caótico: credibilidad.

Quizás este mismo movimiento está gestando una nueva vanguardia.

* Director de Buena Fe

Fuente: La Joven Cuba


 

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