(Por Martin Hacthoun / Prensa Latina)
Buenos Aires, 17 nov (PL) Ya es historia el primer debate de la historia política argentina ante un balotaje y los dos candidatos presidenciales se enfrascan en una intensa campaña electoral para intentar obtener la primera magistratura en la Casa Rosada.
Solo tienen hasta el jueves en el esfuerzo para que sus mensajes lleguen a esa masa del electorado que les fue esquiva en los comicios del 25 de octubre en los que Scioli ganó, pero sin los puntos suficientes para proclamarse presidente, y ahora la incógnita se centra en qué pasara el domingo 22.
El jueves deberán cerrar sus respectivas campañas antes de la veda electoral viernes y sábado.
Durante el debate en el auditorio de la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires Daniel Scioli, por el Frente para la Victoria (FpV); y Mauricio Macri, de la alianza de derecha Cambiemos, se enfrascaron en un intenso intercambio de opiniones en el que cada cual intentó arrinconar a su rival.
Macri trató de vincular a Scioli con presuntos aspectos negativos que la oposición y sus medios de difusión esgrimen contra el actual gobierno, mientras el candidato del FpV insistió en destacar que la propuesta de cambio de su contrincante de devaluación, ajustes y política neoliberal de mercado empujarán a Argentina a la crisis.
De hecho, Scioli se presentó como defensor del desarrollo con inclusión, la clase media, los programas sociales, los fondos para universidades, ciencia y tecnología, los controles cambiarios, los subsidios e impulsor de la industria nacional. En esa línea expuso la mayor cantidad de propuestas.
En cambio, Macri fue más agresivo e incluso insultó a su rival del FpV, a quien llamó cínico y mentiroso entre otros calificativos lo que mostró un rasgo de soberbia que hasta ahora ocultó bien.
Entre las pocas propuestas que expuso asumió como proyectos propios políticas que ya ejecuta el gobierno de Cristina Fernández, como el fomento ferroviario o incentivos para el desarrollo económico de las provincias norteñas.
La prensa de la oposición se esforzó después del cara a cara y durante el lunes en mostrar al aspirante de la alianza como el ganador.
Pero en realidad si alguno sobresalió fue Scioli, quien logró presentar a Macri como el candidato de la devaluación y el ajuste, intenciones bien ocultadas por los medios corporativos, y lo sometió a un interrogatorio que esa misma prensa nunca hizo.
En cuanto al tema regional, Macri se manifestó de forma agresiva contra Venezuela cuando emplazó al candidato del FpV a precisar cuál será su política contra un gobierno -según dijo- controlado por militares y si llamará a expulsar a ese país del Mercosur.
A esa manifestación de clara injerencia en los asuntos internos de un Estado, Scioli le respondió que ayudará en cambio a fortalecer la integración latinoamericana para salir todos como un bloque regional unido a negociar y comerciar con el resto del mundo.
En lo que resta de carrera electoral, las fórmulas del FpV y Cambiemos recorren el conurbano bonaerense y varias provincias para intentar conquistar los votos necesarios para acceder a la máxima magistratura.
Scioli emprendió un maratón por seis provincias. Ya estuvo en Salta y Santiago del Estero el lunes; el martes se reúne en la capital con los científicos y de aquí parte a Córdoba, para después pasar por la andina Mendoza y llegar a la colindante San Juan para celebrar el Día del Militante.
Macri, por su parte, tras recorrer municipalidades del importante conurbano y su bastión capitalino, sube al norte el miércoles para hacer proselitismo en Jujuy y allí el jueves en Huamaca cerrar la campaña.
Para el cierre, Scioli viajará a la costa para un encuentro más íntimo con allegados y referentes populares en el Museo de Arte Contemporáneo de Mar del Plata.
Para algunos observadores el debate puede resultar intrascendente en la opinión del electorado, aunque el debate permitió mostrar las ideas que profesa cada candidato.
El domingo 22 los argentinos tomarán una decisión histórica en la soledad del cuarto oscuro ante las urnas entre dos visiones de conducción política, de la que dependerá no solo los destinos de su propio país sino que también tendrá implicación para los procesos de integración sudamericana.
Fuente: Prensa Latina
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