(Por Raúl Antonio Capote Fernández)
Primero intentaron rendirnos a bomba limpia, a traición, a mercenarios armados, luego a las bombas sumaron el hambre, la enfermedad, no pudieron, nos cercaron, nos aislaron (trataron), nos amenazaron con borrarnos de la faz de la tierra si no nos poníamos de rodillas, -no pudieron ponernos de rodillas-, ni siquiera lograron que inclináramos la frente, a alguno más que otro se le aflojó el alma, eso siempre pasa, pero la mayoría mantuvo bien alta la cabeza y limpia la frente.
Entonces apretaron el cerco, los intentos de aislamiento, las bombas, todo su arsenal se estrelló contra la dignidad de un pueblo seguro del camino elegido, su camino, el de la inmensa mayoría de los cubanos, ahora quieren comprar el alma que no lograron quebrar, algunos timoratos beben de esas aguas envenenadas, la ignorancia de siglos, que no ha podido ser borrada, abre puertas inesperadas a la confusión y la mentira, ahora quieren rendirnos con cuentas de vidrio, quieren que cambiamos nuestra libertad, nuestra soberanía, por cuentas de cristal, quieren que cambiemos nuestros hospitales por McDonald, nuestras escuelas para todos por la Cocacola, nuestros sueños por sus smartphone, (curiosamente parece que mientras más inteligentes son los teléfonos más brutos se vuelven sus usuarios).
Cuentas de vidrios, glamour, falso brillo que oculta el dolor y el hambre, la iniquidad, pero el brillo de los espejitos enceguece, quieren que recojamos del suelo sus cuentas de colores, y así de rodillas no quedemos, al fin, aplastados, sometidos, no porque rindamos la espada invicta, el machete jamás humillado, sino porque la dejemos olvidada, para ser una país “Normal” como la Argentina de Macri, como el Haití esquilmado una y otra vez, como la Cuba de Batista o la Nicaragua de Somoza, o su propio país, ese Imperio de ciudadanos sin derecho, un país normal al gusto de los poderososo de este mundo, ah pero hay un obstáculo infranqueable, el pueblo cubano, la juventud cubana junto a los viejos y los maduros guerreros de tantas batallas, señores, no sueñen, primero tendrá que unirse el mar del norte con el mar del sur y salir una serpiente de un huevo de águila. Cuba ni por las buenas, ni por el engaño, ni de ninguna forma volverá a ser Colonia. NUNCA MÁS.
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