(Por Oliver Zamora Oria)
El martes 16 de febrero hubo mucho movimiento en el ámbito de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos, en esa nueva dinámica que viven ambos países. Allá en Washington, el Ministro de Comercio Exterior, Rodrigo Malmierca, continuaba una agenda de contactos que pretende no solo darle un impulso a todo lo que se ha explorado en materia de comercio, también busca sentar un principio en las relaciones bilaterales: el principio de que debe ser un comercio en ambos sentidos, un intercambio real y justo.
¿Por qué las empresas norteamericanas pueden invertir o exportar a Cuba, y la Isla no puede aspirar a vender en el mercado norteamericano, el mayor mercado del mundo? ¿Cuán bueno sería eso para los productos fabricados aquí, nuestro níquel o los famosos habanos y rones, o nuestros productos biotecnológicos?
Algunos piensan que la posibilidad de recibir inversiones desde Estados Unidos sería suficiente para Cuba ¿y si esa avalancha de inversiones no viene? ¿No se han puesto a pensar que muchos empresarios sienten interés en invertir en la Isla porque la ven como un puente de sus productos hacia el país norteño?
Por eso es tan importante la idea que plantea Malmierca al decir que los caminos son de doble vía o no son; es un enfoque estratégico de lo que deben ser las relaciones comerciales bilaterales, aumentaría nuestro atractivo como país receptor de inversiones y sería muy positivo para las industrias nacionales, esas que necesitamos potenciar al margen del capital extranjero que entre al país, porque son nuestras industrias, nuestras empresas.
Pero a la vez que el Ministro de Comercio exterior sostenía encuentros en Washington, en La Habana se daba un paso importante. Un memorando de entendimiento para vuelos regulares de Estados Unidos a Cuba. Es un paso de avance y es un paso básico, porque sin un desarrollo del transporte no puede existir un desarrollo de relaciones comerciales.
Es cierto que se mantiene el bloqueo, que es el gran muro, cuya destrucción es lo que da sentido a todo esto que vemos desde el 17 de diciembre de 2014. Pero el desmontaje del bloqueo es paulatino por su complejidad, la Casa Blanca podría estar halando los hilos que le permitirán desenrollar ese complejo nudo que crearon los gobiernos anteriores respecto a Cuba; y los vínculos en el transporte son esenciales en ese desmontaje.
Fíjense, muchas de las grandes aerolíneas aseguran que pedirán licencias para operar en Cuba. ¿No podrían convertirse en aliadas firmes para hacer lobbies en el Congreso a favor de la normalización? ¿No va creando esto más intereses empresariales?
Siempre que hablamos del tema, si queremos tener una idea certera del asunto, debemos tener en cuenta dos aspectos. Primero, lo que hemos visto hasta ahora no es suficiente. Washington tiene facultades para hacer mucho más y un análisis bien pragmático de los pasos que ha dado hasta ahora, nos demuestra que está halando la soga más para su lado, es decir, hacia sus intereses.
Fuente: Las Razones de Cuba / Foto: Ismael Francisco
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