(Por Cubainformación*)
Con el Triunfo de la Revolución cubana, en 1959, a EEUU comenzó a írsele de las manos su esquema de dominación en América Latina. Programas sistemáticos de terrorismo de estado, la Operación Cóndor, la Escuela de las Américas, los golpes de estado… fueron la forma de parar el efecto contagioso de Cuba en el continente.
La CIA aplastó en Chile, en 1973, el intento de llegar al socialismo a través de la vía electoral. Utilizó la guerra económica primero -igual que hoy en Venezuela- y el golpe militar después.
Seis años después, en 1979, la Casa Blanca utilizó la guerra sucia de desgaste contra la Revolución Popular Sandinista en Nicaragua, hasta derrotarla.
Hubo que esperar hasta 1998, cuando irrumpió el fenómeno político más trascendental de las últimas décadas en América Latina: Hugo Chávez y la Revolución bolivariana. La llegada al gobierno de Venezuela de una izquierda inédita, heterodoxa, abrió el camino para las sucesivas victorias de las fuerzas progresistas en otros países.
La contraofensiva de EEUU y de las oligarquías del continente tuvo en 2009 su primera victoria. Apartó del gobierno al Presidente Manuel Zelaya, mediante un golpe de estado. Después fue Paraguay.
Más recientemente, procesos electorales en Argentina, Venezuela y Bolivia han visibilizado el evidente giro a la derecha en la región. Y una enorme campaña mediática trata ahora de poner contra las cuerdas al Gobierno del Partido de los Trabajadores de Brasil.
A pesar de lo que los grandes medios nos tratan de vender, la Revolución cubana no está ahora, como por arte de magia, fuera de los planes hegemónicos de EEUU. Derrotar a Cuba sigue estando en su agenda a medio plazo. Aunque ahora las vías sean otras: culturales, ideológicas, económicas…
Pero hay dos elementos esenciales que hacen de Cuba una “plaza diferente”. Ni existe ni se va a permitir la existencia de grandes medios de comunicación privados, ni existe una oligarquía económica que desarrolle y mantenga la guerra interna que necesita la política de la Casa Blanca.
Dos elementos que hacen de Cuba una fortaleza… imposible de batir.
* Basado en un texto de Fidel Díaz Castro – Blog “La pupila insomne”.-
Fuente: Cubainformación
Comentarios