El Congreso no se acabó

Desde el propio documento más importante de la cita, su Informe Central, el compañero Raúl dejaba claro la continuidad de estos intensos días por el futuro de la Patria

(Por Oscar Sánchez Serra)

No se acabó el 7mo. Congreso del Partido. Desde el propio documento más importante de la cita, su Informe Central, el compañero Raúl dejaba claro la continuidad de estos intensos días por el futuro de la Patria.

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Expresó que tanto la Conceptualización del Modelo Económico y Social Cubano de Desarrollo Socialista como las bases del Plan Nacional de Desarrollo hasta el 2030, luego de su análisis en el Congreso, serán “debatidos democráticamente por la militancia del Partido y la Unión de Jóvenes Comunistas, representantes de las organizaciones de masas y de amplios sectores de la sociedad, con el propósito de enriquecerlos y perfeccionarlos”.

A párrafo seguido, apuntó: “Con ese fin solicitamos al Con­greso que faculte al Comité Central que sea electo para introducir las modificaciones que resulten del proceso de consulta y su aprobación definitiva, incluyendo los ajustes pertinentes a los Lineamientos que se aprueben en este evento”.

Solo tres días después, en la sesión de clausura en el Pa­lacio de las Convenciones, dijo que “esperamos concluir este proceso antes de que finalice el presente año, de modo que el Comité Central, en correspondencia con la facultad que le otorgó el Congreso los apruebe definitivamente”. Es decir, el Congreso solo cambia las salas del Palacio de Convenciones por el gran salón del pueblo, donde continuarán los debates. O lo que es lo mismo, esto empieza ahora.

Fue claro al explicar que se demanda una rigurosa preparación de quienes conducirían la discusión de esos textos, para acotar el prisma que ha presidido toda la obra de la Revolución y en consecuencia del Partido, que al decir de Fidel es fruto de ella: el de su carácter participativo y democrático. “Es imprescindible escuchar, razonar y tener en cuenta la opinión de la militancia y del pueblo en general”, recalcó de manera pausada y enfática, acuñando la importancia de la opinión del soberano.

Fidel, en su emotiva y preclara presencia, también lo expresaba cuando nos dijo “el pueblo cubano vencerá” y al convocarnos a emprender la marcha perfeccionando lo que debamos perfeccionar.

Si hay un pueblo preparado para participar de la gestión de su país, ese es el cubano, pues ha estado siempre al tanto de los destinos de la nación. Así ha sido en cada uno de los Congresos del Partido anteriores, en los parlamentos obreros, en el proceso de rectificación de errores y tendencias negativas en los ochenta o en su amplia participación en la letra de la Constitución de la República a inicios de los setenta. En las fases previas al Sexto Congreso, cuando aún no se habían tomado acuerdos de cara a la actualización del modelo cubano, sus criterios, propuestas y sugerencias, modificaron sustancialmente lo presentado a debate hace cinco años.

Hoy el ágora cubana no solo tiene esa experiencia, sino que con total transparencia conoce el informe central de su 7mo. Congreso, el de la clausura y los amplios intercambios sucedidos a lo interno de la cita. Porque la radio, la televisión, la prensa impresa los llevó a las casas de cubanas y cubanos. Y lo seguirán ampliando, pues lo ocurrido en las comisiones se transmite en el espacio televisivo de la Mesa Redonda.

Cuando Raúl presentó a Nemesia, que en abril de 1961 era una niña bajo la metralla imperial y perdió a parte de su familia, dijo que “como en el Sexto Congreso, la hemos invitado para recordarles a los agresores que ella y su Revolución siguen vivas”. Y sigue así porque ella se hizo para el pueblo, que no solo mantendrá con vitalidad a su 7mo. Congreso, si­no que continuará viviendo en su Revolución, como Ne­mesia.

Fuente: Granma / Foto: Ismael Francisco


 

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