Partido Comunista de Cuba: organizar, orientar, construir

(Por Diony Sanabia*)

La Habana (PL) El Partido Comunista de Cuba (PCC), martiano y marxista-leninista, vanguardia organizada de la nación, constituye la fuerza dirigente superior de la sociedad y del Estado de este país caribeño.

Tiene la responsabilidad de organizar y orientar los esfuerzos comunes hacia los altos fines de la construcción del socialismo y el avance hacia la sociedad comunista.

De esa manera está refrendado en el artículo 5 del capítulo I de la Constitución cubana, que proclama desde su tercera reforma en 2002, la irreversibilidad del carácter socialista del proceso revolucionario iniciado el 1 de enero de 1959.

Según los estatutos propios, el PCC es fruto genuino de la Revolución y máxima expresión de la voluntad unitaria del pueblo cubano, de cuyos mejores hijos nutre sus filas sobre la base de la ejemplaridad y con métodos de masa.

Las raíces de esta organización están en el Partido Revolucionario Cubano, fundado y proclamado oficialmente el 10 de abril de 1892 por el Héroe Nacional, José Martí, y el primer Partido Comunista de Cuba, que vio la luz bajo la guía de Carlos Baliño y Julio Antonio Mella el 16 de agosto de 1925.

El acercamiento de las tres principales organizaciones revolucionarias que lucharon contra la dictadura de Fulgencio Batista (1952-1958) dio paso al nacimiento del PCC.

Tras el triunfo del 1 de enero era necesaria, en el nuevo contexto histórico, la unificación del Movimiento 26 de Julio, el Partido Socialista Popular (nombre que tenía entonces el primer Partido Comunista) y el Directorio Revolucionario 13 de Marzo.

Nacieron así las llamadas inicialmente Organizaciones Revolucionarias Integradas, que se transformaron más tarde en el Partido Unido de la Revolución Socialista de Cuba hasta la definitiva adopción en 1965 del nombre de Partido Comunista de Cuba, cuyo Comité Central quedó constituido ese mismo año.

Un momento singular durante ese proceso aconteció el 16 de abril de 1961, cuando el líder Fidel Castro, en el sepelio de las víctimas de los bombardeos aéreos como preludio a la agresión mercenaria por Playa Girón, proclamó el carácter socialista de la Revolución.

El PCC basa su autoridad en la justeza de su firmeza política, el ejemplo de sus militantes, el vínculo con el pueblo, y la capacidad de escuchar, persuadir e incorporar a la mayoría a la lucha por los objetivos de la Revolución.

Combate, agregan los estatutos, cualquier síntoma de inmovilismo o estancamiento, promueve las mejores experiencias y se esfuerza siempre para que se encuentren soluciones a los problemas con un espíritu renovador y de principios.

También vela celosamente por el fortalecimiento de la autoridad y el funcionamiento democrático y autónomo de las organizaciones de la sociedad, y es fiel a los principios del internacionalismo, el antiimperialismo, la solidaridad y la fraternidad entre los pueblos.

El ingreso al PCC, con al menos 21 años de edad, es voluntario y por selección individual, y se realiza mediante las asambleas de elección de trabajadores ejemplares y otras formas de consulta con las masas.

Para integrar las filas es necesario además que el Núcleo (organización de base) acuerde la admisión mediante el voto favorable de las dos terceras partes de sus militantes, como mínimo, y el organismo inmediato superior a dicha estructura con facultades para ello o la comisión creada al efecto ratifique la decisión.

Con la aprobación previa del Buró Político puede ser discutida, de manera excepcional, la admisión en el Partido de los ciudadanos de otros países, residentes o no en Cuba.

Entre sus decenas de deberes, un militante tiene como el primero de ellos la defensa de la Revolución en todos los terrenos, en cada momento y en cualquier circunstancia.

Además debe ser ejemplo de actitud comunista ante el trabajo y en la responsabilidad social específica que desempeñe, y enfrentar con rigor toda manifestación de burocratismo, corrupción, delito, ilegalidades y otras conductas negativas e inmorales.

El PCC se estructura orgánicamente, sobre la base del principio territorial y de centro de trabajo, y funciona de acuerdo con los conceptos del centralismo democrático, que norman toda su vida interna.

Como su órgano supremo existe el congreso, que elige al Comité Central, encargado de fijar las normas generales para integrar éste; las asambleas de balance en todos los niveles, y las formas de elección de sus delegados respectivos.

Los miembros de los diferentes comités son seleccionados individualmente por el voto directo y secreto de los delegados a la asamblea, conferencia o congreso.

Durante el período que media entre uno y otro congreso, el Comité Central puede convocar la conferencia nacional, facultada para incorporar nuevos miembros al organismo y separar o liberar a quienes considere.

La preparación y el desarrollo de la conferencia nacional corresponden al Buró Político, organismo superior de dirección del PCC entre los plenos del Comité Central, que determina y elige de su seno al primer y segundo secretarios y demás miembros.

Hasta el momento, se han efectuado seis congresos del PCC, en 1975, 1980, 1986, 1991, 1997 y 2011, y el séptimo acontecerá del 16 al 19 de este mes.

* Editor jefe de la Redacción Digital de Prensa Latina.

Fuente: Prensa Latina


 

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