Joel Pérez Mejías, fundador del Partido, considera que la organización es el corazón de la Revolución
(Por Julio Martínez Molina / Granma)
CIENFUEGOS.—La historia de vida de Joel Pérez Mejías es fabulosa. Adolescente aún, ingresó a la lucha clandestina contra la tiranía sangrienta de Fulgencio Batista, en el Oriente del país, donde residía. Con 20 años, el 26 de julio de 1957, se incorporó a la lucha guerrillera de liberación nacional en la Sierra Maestra, a las órdenes del Comandante en Jefe, Fidel Castro Ruz.
“Permanecí la mayor parte del tiempo en la Columna 1. Participé en combates junto a nuestro principal líder y al lado de Camilo, el Che, Guillermo García y otros héroes”, rememora el también participante en la invasión de Oriente a Occidente, jefe de batallón en la lucha contra bandidos en el Escambray y defensor de la soberanía en las arenas de Playa Girón.
Durante la limpia del Escambray, él conoció a la entonces alfabetizadora en la serranía, María Conchita Posada, quien se convertiría en la compañera de su vida. Jorge Luis y Ana Margarita, los hijos de la pareja, les dieron cuatro nietos. A ellos Joel les inculca desde temprano el amor a la Revolución y a nuestro Partido Comunista de Cuba, del cual es fundador en Cienfuegos.
Ha hilado esta extraordinaria persona (fundador además del Ejército Central) una trayectoria riquísima en la organización política de los cubanos, cuyos detalles —aun a escala somera—, no sería posible reproducir aquí debido a los dictados del espacio. Solo apuntar que asumió muchas responsabilidades a rango municipal y provincial, muchas de ellas directivas y vinculadas a las estructuras centrales del PCC en el territorio; así como otras relacionadas con su incidencia en áreas como Educación y Agricultura.
La abarcadora experiencia contempló, por supuesto, la secretaría general de núcleos en distintos escenarios. Al respecto, el entrevistado opina: “Son esenciales en los centros de trabajo, cual mecanismo de exigencia, control y equilibrio. Sus cuadros solo deben apoyar a la administración cuando sus dirigentes obren bien, no en caso contrario. El Partido tiene la fuerza moral y política para actuar en estas últimas circunstancias, y restablecer el orden interno de las cosas. Es una fortaleza de los cubanos”.
El militante —considera— debe caracterizarse por su ejemplaridad en el colectivo laboral y el área de residencia. Una función importante suya, siempre pero fundamentalmente en la actualidad, consiste en orientar a los jóvenes.
“Nunca podemos dejar de recordarle a las nuevas generaciones cuánto esfuerzo histórico costó esta Revolución, cuyo corazón es el Partido, sin el cual no tendríamos a nuestra Cuba: la Isla justa, igualitaria, faro del mundo con la que hay que contar para todo”, resalta Joel.
Pese a la llegada de su retiro hace varios lustros y haber sufrido un infarto años atrás, continúa laborando en el Ministerio de la Agricultura. Cree que el deber del militante estriba en prestar servicios durante toda la vida y erigirse en modelo de conducta a partir de la premisa de la consecuencia entre las palabras y los hechos. “No puedo hablar del valor del trabajo, básico en nuestra sociedad, a ningún joven, si no sigo vinculado al quehacer diario”, afirma. Sus palabras son tan verídicas, que este periodista debió esperar su regreso de la jornada laboral, para poder entablar el diálogo con el —dentro de poco— octogenario militante.
Paradigma de ejemplaridad, fidelidad a los principios y consistencia con cuanto defiende, el merecedor de varias de las más altas distinciones del país, ama a su nación y su Partido con cada fibra de su alma.
Del VII Congreso de la organización aguarda que continúe marcando la pauta futura de desarrollo de un país cuyo mañana otea con entusiasmo y mucha fe en la continuidad de los objetivos históricos por parte de su pueblo, porque lo otro sería regresar al burdel, el pillaje y los crímenes de antes de 1959.
Fuente: Granma
Ver: En los días históricos de Girón nació nuestro Partido (I)
Ver: Partido Comunista de Cuba: organizar, orientar, construir
Ver: Cronología: Del I al VI Congreso del Partido Comunista de Cuba
Comentarios