La mandataria expone su versión en exclusiva a RT del ‘impeachment’ que la ha apartado del poder de manera temporal en su primera entrevista televisiva tras el ‘golpe’ en Brasil.
(Por RT)
La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff ha concedido en exclusiva a RT la primera entrevista televisiva desde que el pasado 12 de mayo el Senado de su país iniciara el proceso de ‘impeachment’ por el cual la mandataria ha sido suspendida de su cargo de manera temporal.
Dilma Rousseff niega todas las acusaciones en su contra y declara que empleará «todos los instrumentos» para ejercer su mandato «hasta el fin».
Asimismo, afirma que el ‘impeachment’ en su contra es un chantaje de la oligarquía y que el nuevo Gobierno de Brasil está dominado por políticos neoliberales. «Voy a luchar cada día, cada minuto contra este impeachment», asegura Rouseff.
¿Por qué es un ‘golpe’ sin armas?
Dilma Rouseff explica que a ella se la juzga por algo que nunca antes fue considerado delito y que realizaron todos los anteriores presidentes de Brasil. De ahí que crea que se trata de un golpe sin armas puesto que no han habido delitos de responsabilidad. «Me juzgan por una cuestión pública, por problemas de crédito suplementario, algo que todos los presidentes antes de mí hicieron. Nunca fue un crimen y no se va a convertir ahora en crimen cuando no había ninguna disposición que lo estableciera como tal», aclara la mandataria. «Brasil tiene un régimen presidencialista», recuerda Roussef, y, por tanto, «no es posible apartar al jefe del Estado y de Gobierno sin que exista un delito». Por lo que, concluye, «es un golpe porque la propia Constitución explicita que es necesario que haya delito de responsabilidad».
«Creemos que lo que está pasando en Brasil es un intento de sustituir a una presidenta totalmente inocente, que no está imputada en ningún juicio por corrupción, para que el programa que perdió las elecciones brasileñas en 2014 pueda, sin pasar por las urnas, llegar a controlar el Estado brasileño», destaca Rousseff. A juicio de la mandataria, «es un programa que pretende reducir al máximo nuestros programas sociales» y «acabar con esos derechos» al imponer una «política antinacional en lo que se refiere, por ejemplo, a los recursos petrolíferos del país».
¿Quién está detrás del ‘golpe’?
Para la presidenta de Brasil, el ‘golpe de Estado’ se ha maquinado en el mismo país sin que haya injerencia extranjeras, aunque existan ciertas fuerzas que se beneficien de ello. «Es un verdadero golpe de Estado sin armas», señala Rousseff. «Este proceso es eminentemente brasileño, llevado a cabo por fuerzas brasileñas con intereses, claramente, internos. No hay forma de atribuir a ninguna fuerza externa lo que está pasando en Brasil», admite. A su juicio, cuando se altera de esta manera el poder en un país como Brasil, ello «beneficia a diferentes actores».
Al ser preguntada sobre los vínculos del actual presidente interino Michel Temer con la Embajada estadounidense en Brasil según Wikileaks, Rousseff afirma que «tener ese tipo de conversación con representantes de otros países no es correcto», aunque reitera que no considera una interferencia externa la causa de la crisis política de Brasil. Como reconoce la presidenta temporalmente destituida, a diferencia de otros golpes de Estado llevados a cabo con las armas en América Latina, este «se da en el marco de la democracia, utilizando las instituciones en provecho de un proceso de elección indirecta que no está previsto en la Constitución». «No sabemos cuáles van a ser sus consecuencias puesto que para que no tenga consecuencias tendría que ser un ‘impeachment’ completamente normal basado en un delito. Como no lo está, es una injusticia, y yo soy la prueba viva de la injusticia», resume Rousseff.
¿Qué papel tuvo Eduardo Cunha en el ‘impeachement’?
La presidenta brasileña añade que «a partir de un determinado momento quedó clarísimo que Michel Temer pretendía usurpar de forma indebida el cargo de presidente», ya que «por sí solo no tenía fuerzas para hacerlo y decidió aliarse a ese expresidente de la Cámara (Eduardo Cunha) que detentaba una parte del Congreso en sus manos desencadenando el proceso de ‘impeachment»‘. «Y lo desencadenó por el simple hecho de que él iba a ser juzgado en una comisión, la Comisión de Ética de la Cámara», precisa Roussef. «El pecado original es que es un proceso de chantaje del expresidente de la Cámara que abrió el proceso y que está siendo acusado de lavado de dinero, de corrupción. Un gobierno solo de blancos, sin mujeres, sin negros, que adopta una medida hoy y la cambia mañana», añade.
Rousseff también subraya que en Brasil hay sectores de la sociedad que no aprueban muchas de sus propuestas que permiten que la población más humilde tenga acceso a servicios de que antes no disponía. «Es sorprendente que en Brasil hubiera una participación de fuerzas que sustentan la vieja oligarquía brasileña, que nunca aceptó de hecho que la población más pobre de este país tuviese acceso a servicios como viajar en avión, mejorar sus ingresos y el acceso a los servicios públicos. Es una alianza entre segmentos de los medios de comunicación, sectores empresariales descontentos, porque siempre ante una crisis está el problema de la distribución, quién paga la crisis, y, obviamente, este segmento de este partido, que es un partido de centro, y hoy está íntegramente hegemonizado por la derecha de Brasil».
El papel de los medios de comunicación
Asimismo, refiriéndose a los medios de comunicación brasileños, Rousseff considera que su posición «es muy poco crítica y muy tendenciosa». «Tanto que hay una diferencia muy grande entre lo que piensa la prensa nacional y lo que piensa la prensa local en Brasil», ha asegurado. «La prensa local es muy discreta cuando se trata de mi gobierno, de mi partido, de los partidos aliados y en el tratamiento que nos da comparativamente al que dan al gobierno interino. Sin embargo, repentinamente al gobierno interino, a pesar de varios descompases y desencuentros, es tratado con mucha condescendencia, no hay crítica de hecho a ese gobierno», aclara.
La mandataria brasileña recuerda que en Brasil siempre se ha discutido la cuestión de la democratización de los medios de comunicación: «No queremos una concentración económica, un oligopolio de los medios de comunicación; concentrados en las manos de muy pocas familias se transforman en un elemento desestabilizador del proceso democrático brasileño y nosotros estamos viendo eso ocurrir».
La mandataria brasileña también hace un guiño a varios líderes mundiales, sin precisar cuáles, y a la sociedad, a la que agradece su apoyo en esta crisis. «Hay una manifestación espontánea de la gente, de gente anónima que está extremadamente disconforme no solo con lo que ocurrió con mi mandato, sino con la pérdida de derechos», explica la presidenta brasileña.
Fuente: Actualidad RT
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