(Por Ismael Francisco / Cubadebate)
Emocionante fiesta de cumpleaños le regaló el pueblo de Cuba, a través de la compañía teatral infantil “La colmenita” al líder de la Revolución cubana, Fidel Castro, quien durante la función en el Teatro Karl Marx, de La Habana, estuvo acompañado por el Presidente Raúl Castro y el mandatario venezolano, Nicolás Maduro.
Ante 5 000 espectadores, en la obra “Fidel” intervinieron, como invitados especiales, la intérprete del mítico grupo Buenavista Social Club, Omara Portuondo; el Historiador de la Ciudad, Eusebio Leal, y el tresero mayor, Pancho Amat.
El escenario se convirtió en una clase imaginaria, donde la maestra dedica la lección del día a un doble cumpleaños: el del Héroe Nacional José Martí y el del líder de la Revolución, con momentos muy emotivos en los que los niños cantan, bailan y recrean la Historia de Cuba.
Carlos Alberto Cremata, director de “La colmenita”, incorporó a ese argumento “sorpresas”, como fragmentos del documental “Mi hermano Fidel” (1977), del realizador Santiago Álvarez, en la que un anciano que conoció a Martí dialoga con el Jefe de la Revolución.
En la hora que duró la gala, que tuvo de telón de fondo imágenes antológicas y otras inéditas del líder cubano, los niños de la compañía escenificaron un fragmento de la obra “Abdala”, escrita por el Apóstol a los 16 años. Omara Portuondo, presentada como la abuela de una de las niñas de la clase, interpretó luego a capella “La era”, de Silvio Rodríguez.
Poco después, Eusebio Leal contó anécdotas de Fidel y reveló el “misterio” de un hueco en el brazo de madera de la silla favorita del Comandante, que se encuentra en el despacho que ocupara en el Palacio de la Revolución: se produjo por la presión del dedo índice del líder cubano, debido a las horas que pasó allí escuchando a otros compañeros, leyendo, meditando.
“(Fidel es) un amigo y un maestro, también. Un amigo bueno y un maestro siempre. Cualquier cosa que le preguntemos va a respondernos, porque él siempre se prepara bien. Lee mucho. Conoce de literatura, de arte, de historia y es al mismo tiempo muy humano. Y dice siempre la verdad, aborrece cuando alguien no dice la verdad”, dijo Leal.
Recordó que el pueblo se sabe acompañado por Fidel y que cuando hay algún problema suele decir: “es porque Fidel no lo sabe”, porque siempre acude inmediatamente, añadió el Historiador de la Ciudad, visiblemente emocionado.
Con la canción “Qué linda es Cuba”, de Eduardo Saborit, concluyó la gala que había comenzado a las 6:00 pm y a la que fueron invitados moncadistas y expedicionarios del Granma, Héroes de la República de Cuba, Héroes del Trabajo, dirigentes del Partido, el Estado, el Gobierno y las organizaciones políticas y de masas, familiares de víctimas del terrorismo, trabajadores de los distintos sectores de la sociedad, miembros de la Asociación de Combatientes de la Revolución Cubana, de las Fuerzas Armadas Revolucionarias y el Ministerio del Interior, estudiantes y representantes del cuerpo diplomático.
El acto fue transmitido en vivo por la Televisión Cubana, Telesur y la radio nacional.
¡Gracias, Tin!
Por Paquita Armas Fonseca
Ver a Fidel, al caballo, al uno, en el Carlos Marx, hablando con Nicolás Maduro, sonriendo con las ocurrencias de tus niños. Tin, fue un regalo no sólo para el jovenzuelo de 90 agostos, sino para todos los que vivimos orgullosos de habitar este país bajo su signo.
No creo que nuestro gigante podría haber recibido un mejor homenaje que esa nueva creación tuya, Tin. Tuya y de tus infantes y tus colaboradores, los que escogieron las imágenes desde que era un muchacho espigado, luego el joven atractivo, el militar corajudo, el estadista brillante, el amigo atento, el orador carismático, en fin el líder indiscutible de nuestro país y para muchos, el hombre más trascendente del siglo XX en el planeta Tierra.
Fue una hora de emociones crecientes, con las imágenes exactas de fondo y tus niños, que empezaron con nuestro Martí hasta llegar a Fidel. La música cubana palpitó en cada número, porque tú no puedes hacer otra cosa que derrochar talento.
Brillante, como siempre, el maestro que contrataste, ese Eusebio tan Leal como su apellido, y a Omara la Portuondo octogenaria, pariendo con su era un corazón a capella. Y Pancho Amat desgranando notas en su tres.
Lograste, Tin, unir la ternura, la alegría con la sencillez y la calidad en el espectáculo que apeló todo el tiempo a nuestros corazones, a los de los asistentes al teatro y a los de aquellos que vimos la gala por la televisión. El teatro vibró de nuevo con el nombre de dos sílabas que está ligado a la Historia de Cuba.
Gracias por ese cumpleaños que organizaste con tu colmena y en nombre de millones de hombres y mujeres de todos los continentes para los que ver un segundo a Fidel, es tener un instante más de esa vida tan corta que vivimos en esta tierra, aun patas arriba, que siempre recordará al muchacho nacido en Birán, hace noventa años.
Fuente: Cubadebate / Fotos: Ismael Francisco / Video: Telesur
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