«Los hijos de los ricos no van a la guerra», le dice un joven a Álvaro Uribe

 

“La mía es la posición de miles de víctimas”

Entrevista a Leonard Rentería, el joven que enfrentó a Álvaro Uribe en Buenaventura

(Por ¡Pacifista!)

Álvaro Uribe despierta más pasiones que una estrella Pop. A veces, parece que en vez de simpatizantes tuviera fanáticos y, en vez de contradictores, enemigos. Su figura nunca pasa inadvertida y todo aquello que contenga su apellido incita polémica. El video que se volvió viral, en el que un joven de Buenaventura le expresa sus razones para rechazar la campaña que él y su partido, el Centro Democrático, están promoviendo para impulsar el NO en el plebiscito del 2 de octubre, es una prueba de ello.

Pero, si por un lado estaba Álvaro Uribe, por el otro apareció Leonard Rentería, un joven víctima -desplazado y amenazado- del conflicto armado en Colombia. Leonard se despachó contra el expresidente. Lo confrontó y lo cuestionó por sus confusos “mensajes de odio y miedo”, por lo que hizo en su gobierno por conseguir la paz y por las negociaciones que hizo con los grupos paramilitares.

La  historia de Leonard no comenzó cuando decidió enfrentar a Álvaro Uribe, sino hace más de 10 años, cuando con apenas 13 años se metió a participar en movimientos sociales. Hoy, es estudiante de sexto semestre de psicología, rapero y representante legal de la Asociación Cultural Rostros Urbanos. Hablamos con él para entenderlo, que nos contara que pasó antes y después su intervención y esto fue lo que nos dijo:

Empecemos por lo que nos quedamos sin ver en el video, ¿qué le respondió Uribe?

Respondió muy calmado, hay que reconocer que el expresidente  es una persona muy inteligente, muy capaz. Primero, justificó y diferenció lo que fue el proceso de desmovilización con los paramilitares, dijo que ellos sí se habían acogido a la verdad y que no hubo impunidad, defendió su mandato y dijo que había que marchar en contra de eso que él llama el Castro-chavismo. Fue corto, hizo hincapié en que ellos también querían la paz pero que no estaban de acuerdo con lo que se firmó en Cuba porque era entregarle el país a las Farc.

¿Tenía planeado ir a esa reunión, iba preparado para hacer esa intervención?

No, la verdad no. Yo tenía que viajar ese sábado a la universidad a las 4 de la mañana. La noche anterior puse la alarma pero el celular estaba en silencio y no me levanté. Sí sabía que venía el expresidente pero yo no iba a ir. Viendo que no alcanzaba a llegar tomé la decisión de ir a escuchar los argumentos que tiene el Centro Democrático.

¿En qué momento decidió pararse y mirar a Uribe de frente para decirle esas cosas?

Antes de que llegara el expresidente hubo una discusión entre el público sobre los acuerdos. Todo el mundo nos miraba mal, pensaban que solo íbamos a oponernos y a irrespetar el espacio. Luego, cuando vieron que refutábamos con argumentos lo que decían en el escenario, dijeron que nos iban a dar la oportunidad de hablar. El expresidente se paró para irse y nosotros empezamos a exigir que nos escucharan, como habían prometido, y nos pasaron el micrófono. Yo pensé que esa era una buena oportunidad para dirigirme a la gente nuestra que estaba allí, pues muchos, antes del evento, ni sabían a donde iban a ir, les habían dicho que era otra reunión. Era la oportunidad para desahogarme, para manifestar un anhelo nuestro por construir paz en el territorio y alejarnos de las dinámicas de violencia que nos han marcado.

¿Cuáles son sus razones para oponerse a los argumentos de Uribe?

En lo personal, quiero ir por el SÍ porque en el 2014 me amenazaron y empecé a tener medidas de protección, también, el año pasado asesinaron a mi cuñado y compañero de organización. Tuvimos que irnos de Buenaventura y mi familia está desplazada en algún lugar del país, precisamente, por el asesinato de mi cuñado, que dejó tres niñas. Para mí, hay que hacer una reflexión profunda. He llegado a la conclusión de que podemos seguir matándonos en este país, pero los que están muriendo son los pobres. Estamos siempre en el medio y no es justo que tengamos que mantener la guerra nosotros, poniendo los muertos. Yo creo que el expresidente Uribe y la senadora Susana Correa (quien también estuvo presente en la reunión) tienen todo el derecho a promover el No. Esa no es la discusión. La discusión aquí es que promover el NO, no significa llevar tus resentimientos personales ante la gente para que se conviertan en un NO de los demás. Contaminar a la gente con odio para llevarla a votar no tiene justificación. No pueden aprovecharse de una situación de dolor de muchos.

Para usted, ¿cómo se debería hacer esta campaña?

Deben ser sinceros con la gente. Ellos pudieron llegar con los acuerdos en mano, leerlos y decir por qué no estaban de acuerdo. Pero la dinámica no es ni siquiera reflexionar sobre los acuerdos sino tener una pelea personal entre su gobierno y el de Santos, que tampoco es el mejor porque también ha cometido un sinnúmero de abusos. Es una lucha partidista y nosotros no podemos quedar en el medio.

¿La intervención fue contra Álvaro Uribe?

No, pero quería que él entendiera que la discusión de la paz no puede estar atravesada por el odio. Esa no puede ser la forma de llegarle a la gente. Él tiene que desarmarse de ese odio que lleva adentro, se le nota a leguas.

¿Usted no siente odio?

Yo he sido víctima, pero aferrarnos al odio no permite avanzar. No es un ejercicio que le permita a uno estar en paz con sí mismo y mucho menos aportarle a la paz. ¿Qué puede aportar a la paz una persona que está sembrada en el odio y que no quiere reconocer la paz como una posibilidad de construir?

¿Qué está pensando ahora, unas horas después?

En riesgo sí estoy. Desde ayer he empezado a sentir persecuciones, gente que está más pendiente de mí. Pero creo que lo que dije era necesario decirlo, no me arrepiento de haberlo hecho. Yo tengo un esquema de protección que ojalá podamos fortalecer pensando en que son muchas las repercusiones que esto va a traer, soy consciente de eso. Más allá de está situación ha habido riesgos y sé que está situación puede generar otros aún mayores. No me pienso retractar, la mía es la posición de un colombiano que ha sufrido la guerra y que está dispuesto a construir un camino de paz.

Las amenazas contra su vida vienen desde mucho antes…

Yo tengo un esquema de seguridad porque en el 2014 mi familia y yo sufrimos una situación de amenaza por grupos armados ilegales. A partir del asesinato de mi cuñado el año anterior, fortalecieron las medidas de protección. Hay un riesgo latente, este año ha habido una serie de amenazas contra mi vida.

Desde los 13 años está involucrado en movimientos sociales, ¿qué hace la Asociación Rostros Urbanos, de la que es representante legal?

Utilizamos el arte en la prevención del consumo de sustancias psicoactivas y de la vinculación a los grupos armados ilegales en Buenaventura. Damos herramientas formativas en temas de derechos humanos, salud sexual y reproductiva y derecho al territorio.

Nos enfocamos en los proyectos de vida con adolescentes y jóvenes. Tenemos una línea de incidencia política y social que pretende generar que la toma de decisiones aporte al fortalecimiento de las comunidades. La idea es empoderar a las comunidades del valor de sus derechos para que puedan exigirlos.

Y, además, tenemos una línea de comunicación e investigación donde difundimos lo que hacemos  y tratamos de investigar un poco las dinámicas que se dan a raíz de las transformaciones culturales como consecuencia del conflicto.

Además del anhelo de paz, en su discurso estuvo presente un tema de discriminación, de hablar en representación de la comunidad afro…

Por supuesto, a nosotros no solo nos toca luchar contra la injusticia social. También contra el racismo, contra la falta de satisfacción de derechos, la falta de escenarios de participación. Nos toca trabajar el doble.

Los negros de este país debemos unir fuerzas, debemos tratar de fortalecernos como grupo étnico para trabajar por lo que nos merecemos, para empezar a construirlo. Bastante le hemos aportado a este país que no nos reconoce y que por el contrario discrimina, vulnera, invisibiliza y excluye a las comunidades negras.

Fuente:  Pacifista


 

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