Diplomacia estadounidense en la Guerra No Convencional contra Venezuela (Parte I)

(Por Katherinne Díaz Pérez)

La diplomacia como en todos los países tiene nombre: en EE.UU. se llama Departamento de Estado. Su misión declarada es: “Modelar y sostener un mundo pacífico, justo, próspero y democrático, así como fomentar las condiciones para la estabilidad y el progreso en beneficio del pueblo americano y los pueblos del mundo”.(1)

La concepción teórica –y como veremos en la práctica– de la Guerra No Convencional (GNC) señala que dicha maniobra se ejecuta de dos maneras: una de ellas constituye un “método a pequeña escala, discreto, que descansa en las aplicaciones indirectas del poder nacional”(2) es decir, en el empleo de la economía, la información y la diplomacia; donde el instrumento militar apoya a estos tres.

De modo que la primera conclusión que se deriva de lo anterior es que la participación del Departamento de Estado en la GNC es un hecho y se justifica en la ya citada misión de la entidad.

En el plano teórico, la GNC apunta que los estrategas militares analizan cómo “las acciones no militares lograrán realizar los cambios requeridos en el ambiente operacional”, donde es “importante identificar las tareas para los socios interagencias (Departamento de Estado, Departamento del Tesoro etc.), la coalición, las organizaciones internacionales (Naciones Unidas, organizaciones regionales) y otros socios no gubernamentales”.(3)

Describamos las tareas asignadas a la institución ejecutiva desde comienzos de 2016 respecto al estado bolivariano, al menos en el ámbito público.

Hasta el momento, el Departamento de Estado ha comentado sobre Venezuela en solo ocho de 88 declaraciones realizadas.1 Cinco estuvieron motivadas por preguntas de periodistas a los voceros oficiales del departamento, durante los “briefings”; y casualmente tres de ellas culminaron la ronda de interrogantes. Se excusaron los portavoces en “gracias, no tengo tiempo para más”.

La primera declaración fue el 5 de enero para felicitar “al pueblo de Venezuela en la instalación de la nueva Asamblea Nacional, elegida democráticamente” para así legitimar el nuevo legislativo y confirmar su apoyo.

En aquel entonces, el ente ejecutivo estaba “preocupado” por “la controversia en torno a los asientos de algunos representantes elegidos” y por eso hacían un llamado a “una solución” de manera que sea “transparente y refleje las preferencias de los electores venezolanos”.(4)

La segunda declaración fue suscitada en febrero por las supuestas acciones del Gobierno para “silenciar” a los opositores; lo cual “ha conducido a un clima de intimidación y represión”(5). El comunicado cita a Leopoldo López, Antonio Ledezma, y Daniel Ceballos como ejemplos de ciudadanos encarcelados por sus “creencias políticas” con el objetivo de hacer ver la presunta falta de libertad política y de expresión en Venezuela.

Sin embargo, no dicen que ellos han sido construidos como los líderes de la “disidencia democrática pacífica” que tantos muertos y daños provocó el año pasado.

En relación con ello, el documento doctrinal de GNC de EE. UU. recoge que “las acciones y actividades iniciales de GNC, en apoyo a un grupo opositor y/o que están dirigidas contra una autoridad en el gobierno, son por lo general ejecutadas en áreas y en entornos donde las autoridades gobernantes tienen la capacidad y la voluntad de negar el libre accionar del grupo opositor”.(6) De modo que Venezuela entra en la supuesta circunstancia descrita.

Pero este documento dice más: “Actuando como socios, los departamentos y agencias del Gobierno estadounidense deben asumir, cada vez más, una estrecha integración, colaboración e innovación para facilitar el apoyo a los esfuerzos diplomáticos, políticos, informativos, militares y económicos del grupo opositor, en la búsqueda de objetivos que se alineen con los intereses nacionales de EE. UU.”(7) De ahí que se explique el apoyo a los opositores y un comunicado oficial al respecto.

Señala también la publicación doctrinal que “si estos grupos se oponen a los poderes del gobierno o de ocupación que son hostiles a los intereses de EE. UU. y tienen el potencial o están comenzando a transitar hacia la violencia organizada, la GNC puede ser una opción apropiada”(8) para derrocar al Gobierno; pues ese es el fin de la GNC.

La tercera, en marzo, fue tan exigua y tan vaga la respuesta del vocero Mark C. Toner ante una pregunta de un periodista sobre las sanciones contra Venezuela que ello induce a pensar que el tema todavía se debatía en las altas esferas del poder o que no estaban dispuestos o preparados a hablar sobre el asunto. Un “tengo que terminar aquí, chicos” limitó y justificó cualquier explicación mayor sobre las injustas e innecesarias condenas.(9)

El cuarto comunicado esperó al mes siguiente, un 18 de abril. Este retomó el tema de los “presos de conciencia” o “presos políticos”. Aunque el texto resultó más breve las acusaciones fueron más agresivas hacia el Gobierno, al apoyarse en una audiencia de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos que “pintó un cuadro desolador de las condiciones” (10) en particular, del tratamiento “inhumano” de los oficiales de las prisiones.

Por tal motivo, el departamento demandó la liberación de los prisioneros como “un paso importante” para la promoción del diálogo y exigió, a la vez, que cuestionara al Gobierno, por “bloquear” los esfuerzos de las organizaciones no gubernamentales (ONG) internacionales para visitar a los presos políticos y la prestación de servicios esenciales. Solo que las ONG están contempladas en los esfuerzos conjuntos de la GNC.

Hasta aquí el Departamento de Estado de manera casi insignificante abordaba el escenario venezolano. Parecería que no era de interés, de importancia, para Washington. Las próximas declaraciones se efectuaron en el presente mes. ¿Por qué tan seguidas? ¿A qué se debieron? Lo responderemos en el siguiente artículo. Mientras tanto estén convencidos de que en Venezuela se está aplicando el método indirecto de GNC y el Departamento de Estado es actor-agente de dicha maniobra.

Referencias:

1 Ver http://www.state.gov/

2 Ver Publicación de Técnicas del Ejército (ATP, por sus siglas en inglés) 3-05.1 del Ejército de EE. UU. sobre Guerra No Convencional, septiembre de 2013, disponible en http://www.cubadefensa.cu/?q=documentos-doctrinales-eeuu .

3 Idem.

4 Ver Seating of the Venezuelan National Assembly, declaración de prensa, John Kirby, vocero del Buró de Asuntos Públicos, Washington, DC, 5 de enero de 2016, disponible en http://www.state.gov/r/pa/prs/ps/2016/01/250972.htm.

5 Ver Venezuela: Inclusion of All Parties a Key to Solving Challenges, declaración de prensa, Mark C. Toner, vocero adjunto del Departamento, Washington, DC, 17 de febrero de 2016, disponible en http://www.state.gov/r/pa/prs/ps/2016/02/252589.htm.

6 Ver Publicación de Técnicas del Ejército (ATP, por sus siglas en inglés) 3-05.1 del Ejército de EE. UU. sobre Guerra No Convencional, septiembre de 2013, disponible en http://www.cubadefensa.cu/?q=documentos-doctrinales-eeuu .

7 Idem.

8 Idem.

9 Ver Mark C. Toner, reunion informativa diaria, Washington, DC, 10 de marzo de 2016, disponible en http://www.state.gov/r/pa/prs/dpb/2016/03/254604.htm.

10 Release Venezuelan Prisoners of Conscience, declaración de prensa, Mark C. Toner, Washington, DC, 8 de abril de 2016, disponible en http://www.state.gov/r/pa/prs/ps/2016/04/255640.htm.

Fuente: Cuba Defensa


 

Comentarios

Comentarios cerrados