(Por Rodrigo Santillán Peralbo / La Hora)

El bloqueo genocida más largo de la historia, pese a la aplastante victoria de Cuba en la ONU, aún se mantiene y provoca graves daños al pueblo, impide el desarrollo económico y por la extraterritorialidad de sus leyes, el bloqueo económico, comercial y financiero, afecta directamente a todos los Estados miembros de las Naciones Unidas porque Estados Unidos, en su fase imperial, se tomó el derecho de sancionar a otros países o empresas que comercialicen con Cuba.

Han mejorado las relaciones diplomáticas, pero no se normalizarán si Estados Unidos persiste en el bloqueo, y si mantiene ilegal y arbitrariamente la Base de Guantánamo. “Obama y altos funcionarios del gobierno han dicho que el bloqueo es obsoleto, inútil para hacer avanzar los intereses estadounidenses, fallido, sin sentido, inviable, una carga para los ciudadanos, que daña al pueblo cubano y provoca aislamiento a Estados Unidos”, sostuvo el Canciller cubano Bruno Rodríguez Parrilla, en la ONU. Solo el odio patológico es más fuerte que la razón.

Nadie puede desconocer que son incalculables los daños humanos producidos por el bloqueo en salud, educación, alimentación, en los servicios. Cuba ha perdido más de mil millones de dólares que han incidido en su pleno desarrollo.

La negación para adquirir equipos médicos, medicinas y otros insumos, causaron la muerte de centenares de cubanos y, entre ellos, niños, razón suficiente para calificar el bloqueo de genocida.

191 países votaron para exigir a Estados Unidos el fin del irracional bloqueo a Cuba. Solo Estados Unidos y su socio Israel, dominado por el sionismo internacional, se abstuvieron, por primera vez, en 25 años. Adolfo Pérez Esquivel, Premio Nobel de la Paz, decía: “mientras continúe el bloqueo a Cuba, nos bloquean a todos”.

Fuente: La Hora (Ecuador)