(Por Alberto Acevedo)
Una periodista venezolana, ligada a la extrema derecha de ese país, antes asesora de María Corina Machado, es ahora mano derecha de María Fernanda Cabal, del centro Democrático. ¿Es el enlace entre el uribismo y los sectores golpistas venezolanos?
Bajo el título «Colombia: la conspiración continúa», el analista Manuel José Montañez, en nota publicada por el portal Aporrea, el pasado 8 de febrero, asegura que no es una coincidencia que la periodista venezolana Gisela Matamoros, de conocidas andanzas ultraderechistas, hasta hace poco mano derecha de la dirigente de la Mesa de Unidad Democrática, María Corina Machado, se encuentre hoy asesorando, con la misma diligencia, a la senadora del Centro Democrático María Fernanda Cabal, y de hecho, tenga su despacho en la oficina de la parlamentaria uribista en Bogotá.
Montañez se pregunta si acaso el papel que desempeña la periodista Matamoros, no es el de servir de enlace entre el Centro Democrático, en Bogotá, y la ultraderecha golpista venezolana.
De eser esto cierto, la relación entre las nombradas mujeres, constituye un elemento adicional de preocupación en lo que podría calificarse como una conspiración contra el gobierno bolivariano de Nicolás Maduro y el proceso de reformas sociales que este adelanta bajo el ideario chavista. La preocupación no es para menos.
La nota periodística recuerda: «en reiteradas ocasiones María Fernanda Cabal, alegó que: ‘El presidente Chávez auspicia el terrorismo’, y en paralelo, el ‘Centro democrático’, financiaba a dirigentes opositores venezolanos que entraban a Colombia para aprender cómo se desarrollan acciones subversivas, desestabilizadoras y terroristas, no solo contra el gobierno venezolano, sino incluso contra el mismo Juan Manuel Santos. Entonces ¿quién o quiénes son los terroristas?»
Permanente hostilidad
María Fernanda Cabal, dice el periodista, ha mantenido una línea de hostilidad contra la República Bolivariana de Venezuela, la misma posición de su mentor Álvaro Uribe Vélez. Su grupo político, el Centro Democrático ha financiado a sectores de la oposición golpista venezolana.
En el año 2014, dos fichas políticas de Voluntad Popular, uno de los más activos grupos políticos de la denominada Mesa de Unidad, Lorent Gómez Saleh y Gabriel Valles, fueron expulsados de Colombia, después de comprobarse que habían ingresado al país con visas de turistas y lo que menos hicieron fue disfrutar del paisaje. Se dedicaron a concertar un plan terrorista contra Venezuela, comprando armas, explosivos y la contratación de francotiradores, en momentos en que eran huéspedes del Centro Democrático. Hasta se tomaron fotografías con oficiales del ejército, que después fueron colocadas en las redes sociales.
Nexos
María Fernanda Cabal no estuvo ajena a este entramado conspirativo. De hecho, la señora Cabal ha protagonizado varios episodios mediáticos. No por la profundidad de sus ideas en su vida parlamentaria. Sino, por la ordinariez de sus declaraciones. Como cuando publicó una fotografía del Nobel García Márquez, recién fallecido, junto al líder cubano Fidel Castro, en la que decía: «Pronto estarán juntos en el infierno».
Para el caso de la situación interna venezolana, importa el hecho de que María Fernanda Cabal, su esposo el señor José Félix Lafaurie, presidente de Fedegán, y su jefe político, el hoy senador Uribe Vélez, no solo son férreos e intransigentes opositores al proceso de paz en Colombia, sino acérrimos enemigos de la revolución bolivariana en Venezuela.
En la actividad conspirativa de grupos subversivos antichavistas, ha salido en evidencia la amistad de estos personajes con conspiradores del lado venezolano como María Corina Machado y Antonio Ledesma. La novedad es que aparece como enlace entre las dos agrupaciones de derecha, la hoy flamante asesora de prensa de la señora Cabal, la periodista venezolana Gisela Matamoros.
Fuente: Semanario Voz
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