La derecha venezolana sigue usando a los pobres

(Por Anahí Rubin)

Hace más de un mes que nuevamente, la oposición venezolana, mayoritariamente constituida por los que pertenecen al espacio MUD (Movimiento Unidad Democrática), ha tomado las calles para desconocer al gobierno constitucional de Nicolás Maduro. Pide elecciones ya y libertad a los presos políticos.

Pero no respeta ni las fechas electorales- el año 2018 son las elecciones generales- ni el llamado del presidente Maduro al diálogo y a la realización de la Asamblea General Constituyente. Con respecto a los presos políticos, son solo «políticos presos». El mejor ejemplo es Leopoldo López, dirigente máximo del partido Voluntad Popular que se encuentra  cumpliendo una condena de 13 años, por llamar a la violencia en el año 2014, causando 43 asesinatos.

Hace 18 años que la oligarquía venezolana, encabezada por Henry Ramos Allup, Leopoldo López, Henrique Capriles, Julio Borges, y en nombre de las grandes corporaciones nacionales e internacionales, intenta derrocar a la Revolución Bolivariana por distintos medios. En el 2002 hicieron un golpe de estado y secuestraron al Presidente Hugo Chávez quien fue liberado posteriormente por el pueblo; en ese mismo período las fuerzas de la derecha recurrieron a la huelga petrolera, causando pérdidas por 15 mil millones de dólares para el país, a eso se sumaron desabastecimiento y guarimbas. Siguen intentando por la violencia lo que no pudieron conseguir por las urnas. El chavismo gano 13 elecciones desde la llegada al gobierno, situación nunca reconocida por la MUD ni por los factores que representan a  la oligarquía.

Pero es entendible que personajes como María Corina Machado, Lilian Tintori, y los que mencioné anteriormente  en esta nota, insistan en derrocar al gobierno elegido por el pueblo. Para conseguir ese objetivo, viajan continuamente a Estados Unidos a pedir la intervención armada de ese país hacia el territorio venezolano; no crean que es solo cipayismo, es que defienden sus intereses de clase. Todos ellos pertenecen a la oligarquía venezolana y varios son cercanos a los intereses petroleros. Es el caso de Leopoldo López, su madre dirigía PDVSA, (Petróleos Venezolanos) antes de la llegada de la Revolución Bolivariana.

A pesar que el 80% del pueblo venezolano no quiere una guerra; la derecha sigue intentando apropiarse del poder por este medio, mas de 30 días de extrema violencia registran hasta el día 12 de Mayo, 43 personas asesinadas; ya no son guarimbas, son actos terroristas.

¿Pero alguien vio a Henrique Capriles, Julio Borges o a María Corina Machado provocando incendios, tirando piedras, excrementos o disparando armas de fuego? por supuesto que no. Otros son los que van al frente de las manifestaciones; jóvenes pertenecientes a los barrios más pobres, con caras pintadas, capuchas, destilando odio, contratados para que pongan el cuerpo a cambio de  un puñado de dólares.

¿Quiénes son? Los mismos de siempre, los que tienen grandes mansiones, lujosas piscinas y viajan por el mundo. Los que en todos los gobiernos de derecha nunca miraban a los cerros; allí vivían sus jardineros, sus sirvientas, los «pobres», los que tampoco tenían rostro; solo servían como fuerza de trabajo. El pueblo vivía en una extremada pobreza. A mediados del año 1996 alcanzaba al 72,4% de los hogares y al 78 % de las personas. Durante el gobierno Bolivariano la pobreza fue descendiendo, en el 2007 solo el 28 % de los hogares venezolanos era pobre.  Según un artículo de Cahiers des Ameriques Latines, (2010).

La Revolución Bolivariana les devolvió el rostro a los pobres; recuperaron la pasión, los deseos y sus derechos. Pudieron verse sus caras, escucharse, el pueblo se había empoderado.

Pero la oligarquía sigue sin querer verlos; no quiere rostros,  ojos que vean, bocas que hablen, que exijan dignidad y justicia.

Ahora entiendo porque a los jóvenes que usan como fuerza de choque les cubren el rostro. No tienen ninguna importancia ni para la MUD, ni para la oligarquía, solo son entes con capuchas y palos que finalmente servirán para que CNN diga: «Venezuela es una dictadura».

Fuente: Blogs Telesur


 

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