Bogotá,10/05/2017.- Mientras los medios colombianos dedican su tiempo y su esfuerzo en mostrar a Venezuela como un país donde se violan los derechos humanos, y desde el presidente Juan Manuel Santos hasta su canciller y todo el arco político, reclaman la «salida» del presidente Nicolás Maduro, en Colombia no cesa el asesinato de líderes campesinos e indígenas.
Irónicamente el país que cuenta con grandes extensiones de tierra en manos de pocos latifundistas; que históricamente ha expulsado de manera violenta a los campesinos de sus parcelas y ha negado el derecho de los pueblos indígenas a su desarrollo; que condena a morir por hambre a sus niños, es hoy el abanderado de la cruzada anti-Venezuela. De esta forma, además de contribuir a la campaña de la derecha internacional, la atención de la opinión pública se desvía deliberadamente para no centrarse en la grave situación de violencia que atraviesa Colombia.
A pocos meses de haber firmado el acuerdo de paz con las Farc-EP, y en medio de denuncias por el incumplimiento en su implementación, el gobierno colombiano parece «ignorar» la tragedia humanitaria que se vive hoy en Colombia.
Los pueblos indígenas del Norte del Cauca luchan por la liberación de la Madre Tierra, lo que en la práctica implica el asesinato gota a gota de sus comuneros y líderes en manos de la policía antimotines o de los sicarios. Ningún crimen merece la condena del gobierno, ninguna autoridad investiga estos hechos y en consecuencia, no hay justicia por estos crímenes.
En una entrevista concedida la semana pasada a Somos Cauca, el líder indígena Feliciano Valencia -preso político del Estado colombiano- alertaba sobre el incremento de hechos de violencia a partir de la firma del acuerdo de paz. «El mensaje es claro: o se quedan quietos o les aplicamos las balas o la ley».
Ver entrevista a Feliciano Valencia:
En el día de ayer, 9 de mayo, la policía entró disparando con armas de fuego a la comunidad que se encontraba reunida en la minga de Corinto, hiriendo a dos comuneros. Lamentablemente, uno de ellos murió cuando lo trasladaban a Cali: se llamaba Felipe Castro Basto, y tenía apenas 16 años. Lejos de condenar los hechos, el alcalde local Edward García, respaldó el accionar de la policía y responsabilizó a los indígenas por el suceso.
Escuchar audio del alcalde de Corinto:
La tensión va en aumento: luego de una reunión del alcalde y la policía con los dueños de los ingenios de la zona, en el día de hoy llegaron refuerzos de la fuerza pública, por lo que es plausible una nueva agresión a la comunidad.
Por ello, se convoca a la solidaridad internacional a acompañar activamente a los pueblos indígenas del Cauca y a colaborar con la difusión de estos graves hechos, ante la indiferencia de los medios y el gobierno colombiano.
Ver comunicado de la Asociación de Cabildos Indígenas del Norte del Cauca ACIN-Cxhab Wala Kiwe
Cubanamera
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