En una entrevista al diario Folha de Sao Paulo, señaló que se mantiene sereno y que no renunciará porque sería como declararse culpable. Además, aseguró que conseguirá que el Congreso vote las repudiadas leyes de reforma laboral y jubilatoria. Sin embargo, el Parlamento debatirá el martes si vota una enmienda para convocar a elecciones directas.
(Página/12)
«Mantengo la serenidad: no voy a renunciar. Si quieren, que me derriben, porque si yo presento la renuncia es una declaración de culpa», confesó el presidente sustituto Michel Temer en una entrevista anoche en el Palacio de la Alvorada. Temer volvió a mostrarse aferrado al sillón de mando y se animó a asegurar que conseguirá que el Congreso vote las repudiadas reforma laboral y jubilatoria. Sin embargo, lo que el Parlamento debatirá en la semana es si vota una enmienda para convocar a elecciones directas, reclamo social que será respaldado con una masiva marcha el miércoles, día en el que también la Corte Suprema decidiría si continúa la investigación por corrupción abierta contra el mandatario golpista.
Temer desafió a que lo derriben del cargo en una entrevista con el diario Folha de Sao Paulo, la primera tras la filtración del audio en el que acuerda el pago de coimas con el empresario Joesley Batista. El exvicepresidente y hombre del Partido de Movimiento Democrático Brasileño (PMDB) minimizó la escucha al señalar que pecó por «ingenuo».
Según Temer, el titular del frigorífico JBS, Joesley Batista, lo visitó una noche de marzo en su residencia oficial y lo acusó de haber estado «15 días entrenando para llevar la conversación a favor de su delación». La grabación, que filtró el diario O’ Globo el miércoles pasado, presenta a Temer avalando un pago sistemático de sobornos de JBS para supuestamente comprar el silencio del ex presidente de la Cámara de Diputados Eduardo Cunha —quien coordinó el impeachment contra la expresidenta Dilma Rousseff junto a Temer— y mandando a negociar con su ex asesor personal y diputado Rodrigo Rocha Loures, filmado días después recibiendo sobornos por 500 mil reales en una pizzería de San Pablo.
La acción fue filmada por la policía federal, las valijas de dinero tenían chips para rastrearlos y los billetes estaban marcados. Temer, sin mencionarlo, envió una crítica hacia la fiscalía general de la República (PGR), dirigida por Rodrigo Janot, por el acuerdo de delación premiada firmado por Joesley y Wesley Batista, quienes el 10 de mayo se mudaron prácticamente a Estados Unidos en libertad, luego de haber confesado haber corrompido a más de 1.800 políticos. «A todos les llama la atención la tranquilidad con la que él salió del país, cuando muchos otros (delatores) están en la cárcel», señaló Temer.
En la entrevista desde el Palacio de Alvorada, aseguró que «no está perdido» y que buscará continuar con las medidas del ajuste económico y la reforma laboral y la jubilatoria, que impulsa el gobierno en el Congreso. Para eso, Temer confió en contar con la fidelidad del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), su principal socio político, cuyo líder Aécio Neves también apareció en las escuchas.
La posición de firmeza política que intentó mostrar Temer en la entrevista choca contra el horizonte de corto plazo. La Cámara de Diputados pondrá en debate mañana, con aval de diputados del oficialismo, un proyecto de ley que busca aprobar una enmienda para convocar a elecciones directas, preparando el terreno para una próxima dimisión de Temer. El Parlamento también tiene para analizar nueve pedidos de juicio político ya presentados y al menos una más en camino, según anunció ayer la Ordem dos Advogados do Brasil.
Además, el miércoles habrá nuevas movilizaciones populares en reclamo de «diretas já», o sea, el paso al costado del mandatario golpista y el llamado a las urnas. El mismo día la Corte Suprema definirá si acepta el pedido de Temer para suspender las investigaciones o si avanza con el proceso abierto la semana pasada por corrupción, obstrucción de la justicia y asociación ilícita en su contra. En caso de que la Corte confirme el procesamiento, Temer perdería el respaldo del PSDB y quedaría aislado políticamente, investigado por el máximo tribunal y con un masivo pedido popular por «diretas já».
Fuente: Página/12
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